Un ritual iniciático
La Conquista de Tenochtitlan en 1521 fue un hecho histórico de proporciones míticas en la gestación de la cultura mexicana. Quinientos años después y en un entorno globalizado, México continúa siendo un país emergente, ¿De sus cenizas a caso?. Sus contingencias políticas, económicas y sociales son tan solo los efectos cíclicos de la imposible tarea de homogeneizar una conformación multiétnica bajo una promesa eternamente incumplida: el mestizaje.
A través de la vida y obra de Kena, una artista Wixárika; Diego, un torero de dinastía centenaria; y Arturo, un albañil que interpreta a Jesucristo; transitaremos por las venas abiertas del México profundo.
Una mirada personal a la tierra de los muertos que obsesionó a viajeros como Sergei Eisenstein, Antonin Artaud o Werner Herzog. Esta es la tierra del sacrificio y la inmortalidad, y esta película es un ritual iniciático. Tres personas, tres historias, tres diferentes ramas de un mismo árbol.
Esta obra es un ensayo sobre la identidad y un manifiesto mestizo al mismo tiempo. Es la ofrenda a una ola ondulante, lanzadera libre, nacimiento y sepulcro del tiempo bajo la rueda. Es tabula rasa.
Reparto // Kena Bautista, Arturo Ruiz y Diego Silveti
Producción // Alexandra Delgado
Guion y Dirección // Augusto De Alba
Fotografía // Alonso Valdez, Iván García, Alejandro Torres
Edición // Augusto De Alba
Sonido // Arístides Carballo
Música// Nirl Cano
Color Grading// Joe Castañeda, CSI
Mezcla 5.1 Dolby// Odín Acosta, AMSC
Director’s Statement
Esta película nace como consecuencia de una búsqueda por la comprensión de la identidad.
El entorno rural del bajío mexicano me atrajo profundamente desde temprana edad, influido por las novelas de Juan Rulfo y las historias de la guerra Cristera que solía contarme mi abuelo (huérfano de cristero). Como niño de ciudad, el campo fue siempre para mí un detonante de imaginación. Con el tiempo descubrí que más allá de esta inocente afición, detrás de ella se escondía una señal que más tarde me llevaría a considerar al México rural como el elemento esencial para comprender “lo mexicano”.
"¿Pero, qué es lo mexicano?”, esta pregunta suscitó una éxodo en la búsqueda de respuestas que me llevó hasta Eisenstein, Artaud, Castaneda, Fuentes, Herzog, Jodorowsky, Da Jandra, Girard, entre otros. El final de ese largo viaje en el mundo interno me devolvió al campo una vez más, al eterno retorno, el que han emprendido nuestros antepasados desde el inicio de los tiempos en peregrinaje continuo. México es un país en eterna construcción, se derrumba para volver a edificarse incesantemente, razón y origen del arraigado festejo a la muerte, persistente compañera en el suceder de este ciclo infinito.
Bajo la tradición se esconden los deseos más profundos de una comunidad, el presente habrá de morir para continuar dando vida a la espiral. El festejo es un recuerdo de nuestros sueños futuros.